domingo, 14 de diciembre de 2014

QUIQUE GONZÁLEZ Y JOSÉ IGNACIO LAPIDO - 'SOLTAD A LOS PERROS': ¡¡¡el rock no ha muerto!!!

Bilbao, 15 de noviembre de 2.014


"Nadie se lee el Prólogo", tituló su escrito José Ignacio Lapido cuando en 2.011 se vio en la difícil tesitura de escribir el prólogo de un libro que contaba la vida y trayectoria de un profesional al que ya entonces decía considerar un amigo.

Eduardo Izquierdo escribió "Quique González: una historia que se escribe en los portales", un libro que versa sobre rock hecho en nuestro país y que constituye una distendida y amena biografía oral autorizada del cantautor madrileño construída con la colaboración de músicos, críticos musicales, managers y responsables de compañías discográficas que le han acompañado en su deambular por la música. 

Le pidieron a Lapido que escribiese el prólogo de aquel libro y el granadino lo hizo:
...Quique González es un francotirador, un bandolero de la serranía cántabra, un solitario rodeado de fieles que baja de sus cuarteles de invierno cada cierto tiempo para recordar a quien le pueda interesar que una vez hubo unos ideales por los que mereció la pena luchar, un tipo que mantiene la fe ciega de los antiguos buscadores de oro: nunca se agota el filón si uno no para de buscar.
Cuando conocí a Quique supe inmediatamente que era uno de los nuestros. Aunque bastante más joven que yo, y por lo tanto menos fogueado en distintas batallas, pronto tuve la certeza de que pertenecíamos a ese mismo ejército de náufragos agarrados a la tabla que Dylan nos lanzó. No sólo porque usara un AC30, una telecaster y una J-45 sunburst. No sólo porque sus canciones conseguían eso tan difícil que es emocionar. No sólo porque compartíamos la tarea de destilar belleza de la tristeza. No sólo porque transitábamos los mismos camino secundarios y que por fortuna para él se han ido ensanchando paso a paso. La verdad es que no sé por qué, pero supe que militábamos en el mismo bando. Tal vez me desarmó el respeto que parecía sentir por un viejo desencantado como yo. Tal vez porque atisbé tras su timidez una actitud. Parecía decir: aquí estoy yo. Y con la punta gastada de su bota de cuero, dibujar una línea en la arena: por ahí no paso. Y no ha pasado desde que le conozco. Las ruedas de molino con las que no ha comulgado son las medallas simbólicas que cuelgan de su chaqueta. Además, alguien al que le gustan tanto los Burning no podía caerme mal.
Como en su canción, nuestras vidas se han cruzado en algunas ocasiones y siempre que eso ha ocurrido me he sentido agradecido por la oportunidad que se me ofrecía de compartir tiempo, acordes, humo y palabras con un tipo cabal. Seguiremos viéndonos, averiados y tal vez redimidos, por las "Calles de Madrid" o en la "Ciudad del viento", quién sabe. De lo que sí estoy seguro es que nadie habrá podido con nosotros.
José Ignacio Lapido
Granada, febrero de 2.011

En las últimas páginas del libro Quique González respondía un breve cuestionario y cuando le preguntaban quién consideraba que era el mejor escritor de canciones en España, vivo o muerto, el respondía:
"José Ignacio Lapido. El que más me gusta es él. Si me preguntas cuál es el disco que más espero y cuáles son las canciones que más espero, son las suyas".


Siempre han coqueteado el uno con el otro: se han intercambiado cumplidos y han compartido canciones. Estaban condenados a encontrarse sobre un escenario y por fin lo han hecho.
En junio ambos anunciaron un proyecto conjunto:

Nos complace comunicaros que ha llegado el momento de materializar algo que llevábamos mucho tiempo con ganas de hacer: unirnos para dar una serie de conciertos.
Desde hace años hemos venido colaborando puntualmente en escenarios y grabaciones, y la idea de ampliar esas colaboraciones con una gira conjunta nos rondaba la cabeza. El momento, como decimos, ha llegado. ¿La manera de hacerlo? Formando una banda y poniéndonos manos a la obra para que la admiración mutua cristalice en un repertorio común a la altura de nuestro entusiasmo.
Gracias por vuestra atención.

Se han reunido y fusionado repertorios para defenderlos a medias sobre un puñado de escenarios de nuestro país con músicos de sus respectivas bandas: Víctor Sánchez (guitarra) y Raúl Bernal (teclado) acompañan habitualmente a Lapido mientras que Pepo López (guitarra) y Edu Olmedo (batería) han participado recientemente en la gira de presentación del último trabajo de Quique, "Delantera mítica". El bajista Ricky Falkner se ha convertido en el elemento neutral que situado en el centro de la balanza equilibra la potente banda que acompaña a los dos artesanos del rock durante una gira a la que han bautizado "Soltad a los perros".


Hoy su carrusel de conciertos se ha detenido en Bilbao, en el Kafe Antzokia. La cita tiene tintes de exclusividad y he renunciado a la presentación del nuevo disco de Fito y Fitipaldis en el Palacio de los Deportes de Santander para responder al grito de guerra de estos reyes del trapecio.

En la parte delantera del escenario forman cuatro músicos con la luna escondida debajo del brazo y armados con sus guitarras dispuestos a capturar eclipses y sembrar amapolas en la tierra prometida...


Los maestros de ceremonia hacen equipo. José Ignacio Lapido y Quique González se enfrentan al micro a puerta gayola, sin un guión establecido, pero cubriéndose siempre las espaldas el uno al otro, para presentarnos, siempre juntos, un buen puñado de canciones compartidas.

Lapido ha sacado brillo a su guitarra y concedido a Quique licencia para hacer el macarra. Éste se ha desmelenado como puede que nunca le hubiese visto hacerlo sobre un escenario hasta hoy. La admiración que ambos se profesan se palpa en el ambiente.


Antes de llegar al final Quique le ha rendido homenaje a otro grande que hace quince años que nos dejó y al que hoy estarán homenajeando en Madrid. "Hoy no quiero discutir", le ha susurrado a Enrique Urquijo...
Poco después la función ha terminado. Las luces se han apagado y ha habido aplausos: ¡muchos aplausos! Me pregunto si mañana volverán... Proyectos como el suyo dignifican el rock.

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