domingo, 8 de mayo de 2016

CASTILLO DE SAN VICENTE DE ARGÜESO: sencilla y elegante arquitectura sobre un cerro encajonado en el fondo de un amplio seno de montes

Argüeso, 2 de mayo de 2.016

La conmemoración del alzamiento madrileño nos ha brindado la posibilidad de reunirnos: Osorno se convierte en punto de encuentro. Nosotros optamos por exprimar la mañana al máximo: nos ponemos en camino pronto y al llegar a Reinosa nos desviamos hacia el Valle de Campoo para visitar el Castillo de San Vicente de Argüeso.


"...y entonces columbré, sobre un cerro encajonado en el fondo de un amplio seno de montes, un castillo roquero que, aunque ruinoso y cargado de yedra, conservaba las principales líneas de su sencilla y elegante arquitectura..."
(Jose María de Pereda,
"Peñas Arriba")

Situada en lo alto de una loma dentro del término municipal de la Hermandad de Campoo de Suso, custodiando las zonas de trashumancia estacional del ganado y el caminio que unía la costa con Castilla a través del valle del Saja, esta fortificación medieval constituye el más destacado y antiguo ejemplo de castillo roqueño de Cantabria.

En el año 1.410 la reina Catalina de Lancaster ordenó al alcaide de la fortaleza que el castillo fuera entregado a Doña Leonor de la Vega. Después, tras casarse ésta en segundas nupcias con Diego Hurtado de Mendoza, pasó a manos de los descendientes de éste, quienes sostuvieron una dura pugna con los Manrique por el dominio de Campoo y otros valles montañeses.
El edificio sufrió un abandono progresivo y en 1.962 Teresa Rábago, su última propietaria, decidió donarlo al Ayuntamiento de la Hermandad de Campoo de Suso con la única condición de que fuese restaurado. En 1.983 fue declarado Bien de Interés Cultural y posteriormente se iniciaron unas delicadas labores de rehabilitación que habrían de suponer la reconstrucción de todo el espacio habitable del castillo, del que unicamente se conservaban los muros exteriores.



El destacado y meritorio proceso de restauración llevado a cabo utilizando fundamentalmente maderas nobles rebajadas con azuela, de manera artesanal, por los miembros del taller de Tomás Sobaler, vecino de la zona, permitió que el castillo fuese transformado en un importante centro turístico y cultural de la comarca inaugurado en mayo de 2.003.


El castillo se alza sobre los restos de una ermita del siglo IX y consta de dos torres unidas por un cuerpo central más bajo.
Ambas torres son prismáticas, de planta cuadrada, están rematadas con almenas y fueron construidas con mampostería y rematadas con sillería en vanos y esquinas. Presentan puertas situadas en altura, pequeñas ventanas de arco apuntado y varias aspilleras. La torre de mayor tamaño, situada en el extremo occidental del castillo, está orientada al norte; data del siglo XII y en su interior estaban las habitaciones de los tenentes del castillo. La otra, girada 45º respecto a la primera para adaptarse a la topografía y favorecer un mayor control sobre el territorio circundante, tiene un carácter más defensivo y fue construida en el siglo XIV.




A finales del siglo XV, después de que los Reyes Católicos convirtieran este señorío en el Marquesado de Argüeso, fueron construidas las murallas, con un robusto matacán de madera apoyado sobre ménsulas de piedra para proteger la  puerta por la que se accede al patio de armas, y también el cuerpo central almenado que une las dos torres. Éste consta de un piso a ras de suelo y otros dos situados por encima de él con ventanas de mayor tamaño que le confieren un carácter más palaciego.

Un vistoso matacán de madera apoyado sobre ménsulas de piedra protege la puerta que permite acceder al patio de armas del castillo.




Volvemos al coche pero antes de acudir a nuestra cita familiar hacemos un alto en Fontibre para visitar la fontona considerada tradicionalmente como el nacimiento del río Ebro...



"...la áspera sierra que guarda en sus humildes peñascales la cuna del histórico río que a toda la península da nombre y que después de saludar los férreos lindes de la Vasconia y besar el muro triunfal y sagrado de Zaragoza viene a rendir tributo a vuestro mar en la ribera tortosiana, simbolizando en su majestuoso curso la unidad suprema y la diversidad fecunda de la historia patria."
(M. Menéndez Pelayo)

Una escultura de la Virgen del Pilar labrada en piedra y situada sobre un esbelto pedestal decorado con los escudos de las provincias que atraviesa el río custodia el manantial, una surgencia de aguas subterráneas procedentes de varias cuencas situada en un hermoso paraje rodeado de fresnos, chopos, robles y sauces de ribera que convoca a numerosos visitantes atraídos por las connotaciones geográficas y la belleza natural del lugar.



El tiempo se nos ha echado encima. Apuramos el paso, reventamos el velocímetro del coche, exprimimos los cinco minutos de cortesía y llegamos a Osorno dispuestos a compartir mesa y mantel con el resto de la familia. Comemos, conversamos y después cada mochuelo a su olivo. Unos subimos y otros bajan: ¡cada uno a su casa!

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